LITERATURA ORIENTAL

                                                   ‘Bella leyendo’, de Kitagawa Utamaro.

La literatura oriental lleva mucha riqueza cultural y ha sido expandida por medio de la palabra escrita. Es necesario recalcar que el hombre desde tiempos muy antiguos ha logrado una forma de comunicación por medio de la representación de signos, recurso importante con el cual plasmó el testimonio de sus sentimientos y pensamientos.
El lenguaje escrito ha sido la manera más común de presentar los acontecimientos en que ha estado inmersa la humanidad, de manera que es posible establecer detalladamente las circunstancias de los hechos que se presentan y exaltarlos. La cultura del hombre antiguo ha sido transcrita en textos que han pervivido, transmitiendo sentimientos, conocimientos y vivencias para la posterioridad.
En el caso de las literaturas orientales, estas representan los sustratos escritos más antiguos que han llegado hasta nuestros días. Entre tales formas culturales se encuentran la literatura egipcia, la literatura mesopotámica, la literatura china, la literatura hebrea y la literatura de la India, entre otras. 

La relación que las unifica no solo se refiere a la edad paralela en sus orígenes, sino también a dos características esenciales: la calidad simbólica que muestran en sus primeras manifestaciones y el sentido de religiosidad en el cual fundamentan.Se debe entender como simbolismo la actitud estética que no presenta en forma directa las formas de pensamiento o los temas literarios, sino que emplea un procedimiento indirecta las formas de pensamiento o los temas literarios, sino que emplea un procedimiento indirecto de expresión sustentado en simbolismo y alegorías. En el hombre oriental, la imaginación prevalece sobre las maneras de la razón que caracterizan generalmente los pueblos occidentales. 

Las culturas orientales interpretan al mundo que las determina por medio de analogías y no de casualidades. Este quiere decir que muestran sus experiencias vitales, transformando los aspectos objetivos que les interesan en formas subjetivas imaginadas por ellos. La fábula y el apólogo, por ejemplo, establecen historias donde se advierte una circunstancia moral que puede referir a asuntos de importancia colectiva que manifiestan el sentido del pueblo. 

En cuanto a la religiosidad, no se debe olvidar que el arte es un reflejo contundente de la vida y de las preocupaciones humanas, De esta manera, se puede afirmar que las civilizaciones del Antiguo Oriente fueron, fundamentales, religiosas. Esto se observa en sus aportaciones artísticas y, por supuesto, en su literatura. La famosa cabeza de Nefertiti, en Egipto, y las diversas representaciones de la diosa Kali, entre los hindúes, muestran la idea cultural que se tenía sobre la mujer, así como un contexto filosófico en el cual se advierten las relaciones del individuo en el Cosmos. 

En las obras literarias se reflejan el pensamiento, las costumbres, las creencias los ideales de un grupo social. 

Los textos del Antiguo Oriente resultan tan meritorios como dignos de alabanza por su intención filosófica, por su elevación espiritual y por su alto contenido literario, pues, a pesar de la extrema antigüedad, ahí pervive el espíritu del ser humano, de su trayectoria histórica y de su percepción de la realidad.